Floración en plantas inducida por virus

 

Se han hallado relatos, en previos papiros de Egipto, que detallan la utilización de la corteza de sauce como medicina, debido a que en sus resinas se encontraban extractos de ácido salicílico, la molécula que da nombre a la tan exitosa aspirina. En la prehistoria, todos los pueblos eran nómadas hasta que apareció la agricultura, propiciando los asentamientos y la formación de las primeras metrópolis. La vida sedentaria, tal y como hoy la conocemos. Dichos no son más que ciertos ejemplos que ilustran cómo el hombre ha recurrido constantemente al mundo vegetal y la monumental predominación que este ha tenido en su evolución. Por esto, pese a que puede parecer que sus senderos se separen gracias a la globalización y modo de vida recientes, las raíces de los dos están bastante unidas. Por cierto, seguimos dependiendo de las plantas en nuestro día a día, debido a que de ellas obtenemos recursos bastante relevantes, como los cultivos que sirven de base para nuestra ingesta de alimentos u otros materiales básicos, como el papel o el algodón.

Por esa razón, en la actualidad se hacen averiguaciones en varios entornos de todo el mundo vegetal. Entre todos ellos, un área bastante interesante es la del Fito mejoramiento o optimización vegetal. Esta se fundamenta en la obtención de plantas con propiedades concretas y deseables desde las que ya hay. Ejemplificando, digamos que deseamos obtener plantas de maíz que tengan tallos elevados y granos de enorme tamaño. ¿Cómo se realizaría esto? Comúnmente por medio de cruces entre 2 plantas.

Una vez que hablamos de cruces hacemos referencia a que una planta fecunde a otra dando sitio a una progenie, en la que se seleccionará aquella planta con las propiedades deseadas. De partida, en esta situación podríamos tener una planta de maíz con tallos cortos y granos de buen tamaño y otra con tallos elevados y granos pequeños. Las dos plantas cumplen uno de ambos requisitos deseados, sin embargo la finalidad es lograr una planta que sea capaz de reunir ambos a la vez. Estas 2 plantas de maíz se cruzarán dando sitio a muchas semillas, la descendencia. En esta habrá combinaciones de plantas de toda clase, varias como las anteriores, otras bajas con granos pequeños y otras como las que nos interesan, altas con granos de monumental tamaño, que van a ser las que seleccionaremos.

¿Con qué problema se hallan los científicos que investigan llevando a cabo dichos cruces? Puesto que que en este aspecto, las plantas se parecen más a los humanos de lo cual cabría aguardar, debido a que cada planta requiere un periodo, al que vamos a llamar etapa juvenil, hasta que alcanza su madurez sexual y se genera la floración. Hasta el momento, no va a poder ser usada para hacer dichos cruces. Este tiempo es diferente en cada especie: en varias como la planta de la caña de sacarosa es inferior a un año, otras como el nogal o el almendro tienen la posibilidad de necesitar de 3 a 5 años, en lo que en otras como el manzano podría ser de cerca de 10 años. Esto limita mucho las aplicaciones de esta técnica. Como dice la exitosa cita “el tiempo es oro”, y en ciencia, todavía más. Alguien interesado en obtener una pluralidad de manzana no puede permitirse aguardar 10 años para hacer los primeros cruces. Por esto, se tienen que buscar alternativas o maneras de conseguirlo previamente.

Hacía ya años que se había descubierto una proteína o elemento bastante fundamental en la producción de flores en las plantas, sin el cual, estas no eran capaces de florecer. Esta proteína se sabe como FT y se observó que estaba regulada por los ciclos de luz y oscuridad que padecen las plantas, el día y la noche. Además, se había demostrado que este elemento o proteína podía “producirse” en cualquier parte de la planta y viajar por medio del floema hasta el ápice, la parte preeminente del tallo, donde actúa conformando la flor. En resumen, una vez que la proteína FT se producía en una planta, inducía la formación de flores.

En la actualidad, posiblemente el término virus nos traiga a todos a la mente otras como “mascarilla” o “cuarentena”. Inclusive podría ser que hayamos olvidado que hay muchísimos otros virus que no se denominan covid-19. Por cierto, no todos los virus nos infectan a los humanos o a los murciélagos, hay además virus que infectan a las plantas. Varios de dichos virus fueron usados por los científicos como instrumento para intentar obtener un beneficio, y de esto trata la siguiente táctica.

Se fundamenta en aprovechar los virus que infectan a las plantas para intentar de resolver el problema inicial de los cruces, y lograr tener plantas aptas para reproducirse sin necesidad de aguardar todo el lapso de su etapa juvenil. Los virus son partículas bastante pequeñas de proteínas que tienen dentro en su interior material genético, tales como ADN. Esta composición ha facilitado en muchas averiguaciones la utilización de los virus como vehículos del material genético que resulte de interés. Así, metió en dichos virus el material genético de aquel componente FT capaz de inducir la floración en las plantas. Luego, dejaron que los virus, conteniendo los genes de aquel elemento, infectaran las plantas. El virus actúa transportando los genes de este componente e introduciéndolos en la planta en el proceso de infección. Una vez dentro, el componente FT se “produciría” desde dichos genes y viajaría por el floema hasta el extremo del tallo, induciendo de esta forma la floración. O sea, en vez de aguardar que el componente FT se haga de manera natural, lo introdujeron artificialmente usando un virus.

Así se ha observado que, siguiendo esta táctica se consigue acortar de manera significativa el lapso juvenil de diversos tipos de plantas. En cítricos se ha logrado una etapa juvenil de entre 4 y 6 meses, en vez de sus bastante más de 6 años particulares. En manzanos se alcanzó que florecieran tras un mes únicamente, en vez de los 10 años que acostumbran tardar. Dichos resultados permitirían comenzar a hacer los primeros cruces en estas variedades un largo tiempo previamente. Son tan sólo ciertos de los ejemplos más llamativos, pero permiten que nos hagamos una iniciativa del tiempo de espera que puede ahorrarse usando esta clase de técnicas. Además, pese a que el propósito fundamental del análisis es acortar los plazos para lograr averiguar y no la calidad del producto en sí mismo, se verificó que el fruto, una vez producido, no padecía ningún tipo de modificación como resultado de este proceso.

La utilización de virus para inducir la floración es una totalmente nueva herramienta prometedora para acelerar la indagación y la optimización en especies de cultivos que presentan un retraso en la floración o son difíciles de reproducir. No obstante, para lograr generalizar y alargar su uso todavía se requieren colaboraciones con las agencias reguladoras para aclarar los requisitos y probables riesgos. Podría ser primordial el desarrollo de cepas de virus «favorables a la regulación», así como una indagación elemental adicional sobre la especificidad de la cepa, para de esta forma evaluar el peligro y entender enteramente su potencial y restricciones.