Día de la Educación

 El profesor estrella de informática de Harvard

| El carisma de David Malan ha sido clave en el triunfo del curso CS50, uno de los más reconocidas en Harvard.

El maestro David Malan desea que la vivencia de ver una de sus clases sea parecido a aquello que esperaríamos una vez que vemos Netflix.
Por Dicha razón, graba sus sesiones en alta resolución 4K, un estándar utilizado en cine, que da una imagen más nítida.
Malan comenzó a filmar sus clases mucho anterior a que la enfermedad pandémica de coronavirus empujara a parte importante de todo el mundo a la enseñanza remota.
"Se ha convertido en el primer profesor de Harvard en dar un curso completo, de manera gratuita, en formatos de audio y clip de video", apunta Eren Orbey en The New Yorker.
"Pero pocos, si es que alguno, combinan la credibilidad institucional, el monumental alcance y el compromiso entusiasta de Malan", redactó Orbey en su reportaje: How Harvard's Star Computer-Science Professor Built a Distance-Learning Empire ("Cómo el maestro estrella de informática de Harvard construyó un imperio de aprendizaje a distancia").

El CS50


Malan imparte el curso CS50: Introduction to Computer Science, en el cual introduce a los alumnos a la ciencia de la computación y "al arte de la programación".
| Así es una de las clases de Malan, tras la pandemia de covid-19. Sin estudiantes en el campus.


Es gratuito y está dirigido tanto a estudiantes que poseen entendimiento en aquel campo como a los que no.
Se trata del curso más enorme y uno de los más reconocidas de Harvard.
Previo a que se desatara la enfermedad pandémica, le cuenta Malan a BBC Mundo, en el campus había inscritos 800 alumnos. Por cierto, años previamente, debido al crecimiento del número de estudiantes, la clase se tuvo que transportar a un recinto más enorme, el Teatro Sanders de Harvard.
El maestro cuenta con un equipo que le ayuda con la producción de sus sesiones, las cuales tienen la posibilidad de ver en internet. Es parte de la "pedagogía" del curso.
Confiesa que constantemente ha amado a Los Muppets. Por dicha razón, tiene un títere que un día llevó a su oficina en Harvard y que concluyó convirtiéndose en el protagonista de un cortometraje sobre un estudiante que trabaja en su plan final de CS50.
Y como nos comentó en nuestra charla, tal vez explore la utilización de títeres en su procedimiento de educación.
En 2012, Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) lanzaron la plataforma de aprendizaje en línea, edX, que da lo cual son identificados como los mooc: Cursos En línea Masivos y Abiertos.

¿Cómo comenzó su interacción con el curso CS50?


Estudié en Harvard entre 1995 y 1999 y en mi segundo año de carrera, CS50 estaba entre mis posibilidades. Pude asistir a varias clases anterior a dictaminar si hacía el curso o no.
| Así se veía una de las clases de CS50, en el Teatro Sanders de Harvard, antes de que se desatara la pandemia. (Foto: 2018)






 
No sólo culminé tomándolo, sino enamorándome de él. Ha sido la primera ocasión en mis 19 años de vida que la labor era algo realmente divertido.
Recuerdo que llegaba el fin de la semana y me iba a mi dormitorio con muchas triunfas de hacer los ejercicios de programación que nos habían asignado.
dicha ha sido una señal de que la informática podía ser el campo adecuado para mí, puesto que en esa etapa, por cierto, mi intención era especializarme en Régimen, un mundo bastante distinto.
Años más tarde, en 2007, una vez que acababa de concluir mi doctorado en Ciencia de la Computación en Harvard, a donde había regresado tras ciertos años de adquirir vivencia gremial, nació una posibilidad.
El instructor que enseñaba CS50 se había convertido en el decano del colegio, por lo cual se abrió la vacante.
Me encaminé hacia aquel papel que se suponía iba a realizar por un año y se convirtió en 14 años.

¿En todos dichos años qué hace en sus clases para que CS50 sea uno de los cursos más célebres de Harvard?

Pienso que nos beneficiamos del interés existente por la tecnología. Todos estamos tan familiarizados con ella que la deseamos entender y aquello lo encuentro sorprendente.
En CS50, no sólo nos enfocamos en las clases, sino que hacemos un esfuerzo adicional por producir un sentido de sociedad entre los alumnos.
| El profesor dice que tanto él como su equipo tratan de innovar continuamente, no sólo para los estudiantes que solían ir al campus de Harvard, sino para los que siguen el curso en plataformas digitales. (Foto: 2013)


 
En todo el semestre, organizamos eventos como el CS50 Puzzle Day, en el cual invitamos a centenares de alumnos para que trabajen en conjuntos pequeños para resolver inconvenientes de lógica y rompecabezas.
Finalmente, poseemos el HackathonCS50, que es una posibilidad para que por 12 horas, toda una noche, los alumnos trabajen en sus proyectos finales, al costado de compañeros y el personal que le ofrece ayuda al curso.
Y, después, el clímax del curso es la Feria CS50, que es la exposición de los proyectos finales de los estudiantes, a la que invitamos a todos los alumnos, maestros y personal del campus. Principalmente contamos con unos 2.000 asistentes.
La iniciativa es contribuir a producir una atmósfera en la que los alumnos se sientan que forman parte de algo particular y no que sencillamente permanecen participando de una clase.
Hay bastantes personas que no tienen la posibilidad de venir a Cambridge y que realizan el curso por internet. Por esa razón, tratamos de explicar en línea la mayor parte de aquellos elementos de la sociedad.

¿Qué hace para continuar innovando como instructor luego de muchos años enseñando el mismo curso?

Pienso que es un quiero congénito para que el trabajo jamás llegue a volverse aburrido.


Jamás he sentido que CS50 sea un curso (cuyo diseño) se encuentre destruido. A la inversa, es como si constantemente pudiésemos hacer algo mejor o intentar algo nuevo.
Los rápidos cambios tecnológicos que ocurren nos permiten, probar herramientas y técnicas novedosas.

¿Qué representa la docencia para usted?

Inicié a enseñar pues me pareció un reto divertido: por una sección compartir el entendimiento que había adquirido y, por otra, hallar cómo comunicarme para que otras personas tengan la posibilidad de comprender un contenido por primera ocasión.


Fue en especial emocionante introducir temas de ciencias de la computación o programación, que son campos en los cuales bastantes personas no se sienten familiarizadas, y ver que los estudiantes los asimilan.
Creo que además se convirtió en una tarea en los últimos años, Pienso que las universidades, las escuelas y los maestros generalmente tienen la posibilidad de hacer mucho bien compartiendo conocimientos y realizando que la enseñanza en sí sea gratuita.
Y por esa razón, en años actuales, hemos aspirado como equipo a continuar con el compromiso de colocar a la disposición, de manera gratuita, el material didáctico que hacemos, con la esperanza de conectarnos con más alumnos, que de otra forma no tendrían la posibilidad de venir a un espacio como Cambridge o a una Universidad como Harvard.

Usted dijo que la mezcla de diversión con enseñanza no posee nada de malo. ¿Cuál es el reto de enseñar una materia, que para bastantes puede parecer bastante complicada, de una forma divertida?

Para mí, la finalidad es que los alumnos entiendan la base, los principios. De esa forma, una vez que salgan de la clase o una vez que cierren su computadora portátil, logren razonar sobre el planeta que los circunda y solucionar inconvenientes teniendo presente aquellos principios.


Referente a cómo hacer que un material árido resulte emocionante… Aquel es el reto, no sólo para mí, sino para la mayoría de los profesores.
Intento contribuir a la población a que vea lo cual yo encuentro interesante en un cliché.
Creo que además trata sobre la presentación. No hay nada menos inspirador que una clase aburrida, en la que ni tú ni el instructor quieren estar.
Parte importante de lo cual me impulsa, de lo cual me da energía y enardecimiento es eludir a toda costa producir una situación en la que los alumnos no quieran estar en el salón y se desconecten por completo.
Y es que me pasó frecuentemente: estar en una clase que no estaba disfrutando, que no me inspiraba. De allí viene aquel quiero ardiente por asegurarme de que mis alumnos jamás se sientan como yo me sentí en varias clases.

Usted filma sus clases en alta resolución 4K ya que, como dijo, desea hacer que la vivencia sea parecido a la que esperamos una vez que vemos Netflix. ¿Nos puede contar un poco sobre la producción de una clase?

Hablamos de algo que ha evolucionado con la época. Una vez que inicié a enseñar, no teníamos cámaras.


Luego, tuvimos una que era operada por un compañero. Ejemplificando, una vez que deseábamos mostrarle a la población en internet lo cual había en la pantalla de mi computadora, sencillamente la cámara apuntaba a la pantalla del proyector, que estaba en el muro, y después me enfocaba a mí o a la demostración que se estuviera realizando. Era un enfoque manual bastante sencillo.
En la actualidad, tengo la suerte de laborar con un equipo de compañeros de trabajo que son profesionales en producción de clip de video. Una vez que hacíamos filmaciones en el campus (antes de la pandemia) comúnmente teníamos hasta 5 cámaras en diversos sitios.
Varias cámaras son automatizadas y otras poseen a una persona a cargo.
Utilizamos una pantalla verde que está algo oculta, fuera del escenario, para que a partir de un cierto ángulo los alumnos me logren ver escribiendo un código.


De esta forma es como tratamos de producir un ámbito bastante inmersivo, llenando la pantalla de su ordenador, computadora portátil o teléfono, lo mejor viable.
Y además de aquello, además hemos comenzado a transmitir todo en vivo, no solo para los alumnos de Harvard y de (la Universidad de) Yale, sino además para los demás que permanecen en internet.
Fundamentalmente cualquier clase que enseño ahora la transmitimos en vivo en YouTube, Facebook y otras plataformas a las que cualquiera se puede conectar y, en algunas ocasiones, puede inclusive participar en vivo.
Pero no se necesita estar registrado en el curso para verlas. ¿No?
No, las ponemos a disposición de cualquiera en internet.
¿Qué cambió o qué ha mejorado en la manera en que presenta a partir de que la enfermedad pandémica empezó?
Lo cual cambió es que empezamos a hacer clases por Zoom de manera sincrónica y las hemos abierto a todo el planeta.


Ejemplificando, en marzo y abril, una vez que muchas naciones empezaron los confinamientos, comenzamos a experimentar con Zoom. Mis compañeros de trabajo y yo lo habíamos utilizado previamente, pero no con centenares de alumnos a la vez.
Realmente quería efectuar en anticipación al semestre que arrancó en otoño, una vez que en Harvard y en Yale, poseemos a centenares de alumnos tomando la clase.
En verano, iniciamos lo cual llamamos horas de oficina -que es una vez que un alumno pasa por la oficina de un instructor para hacerle alguna consulta- y brindamos ayuda por medio de Zoom.
Otros compañeros de trabajo o yo invitábamos a cualquiera en internet o a alguien que estuviera realizando el CS50, como OpenCourseWare (contenido abierto), que nos hicieran cuestiones sobre el curso o sobre tecnología y consistentemente estábamos viendo que diversos centenares, sino una cantidad enorme de alumnos, se estaban sintonizando con este y otros experimentos semejantes por Zoom.
Y aquello me llevó a pensar sobre el valor y el efecto de hacer cosas de manera sincronizada, en especial para bastantes personas en el planeta que poseen un ingreso impresionante a cursos de contenido abierto, por medio de clip de videos on demand o en YouTube, sin embargo que no poseen la posibilidad de estar en una clase, simultáneamente, con alguien al otro lado de todo el mundo, en Cambridge, y poder verlo, charlar, preguntar.
Desgraciadamente, aquello es bastante inusual para bastantes personas internacionalmente.
Pero fue positivo para nosotros mismos, no solo poder continuar enseñando la clase, sino realizarlo de una forma nueva para más estudiantes en línea.

En términos logísticos por la coronavirus ¿cómo da las clases?

La mayor parte de las clases que he estado dando últimamente las hago en el campus (sin la existencia física de los estudiantes).
Seguimos un protocolo de salud bastante completo que trabajamos con la universidad.
Yo, ejemplificando, soy el exclusivo que (en ciertos momentos) puedo estar sin mascarilla.
Los demás miembros del equipo tienen que estar distantes de mí o en una sala distinto, y lo hemos elaborado de esta forma para lograr usar parte de la tecnología que poseemos en el campus.
La finalidad es poder producir la mejor vivencia viable para los alumnos.
En el hogar tengo una configuración bastante fácil que utilizamos una vez que no teníamos estas oportunidades en el campus.
Si bien usted usa resolución 4K y numerosas herramientas tecnológicas para sus clases, además he observado que da ejemplos bastante simples. Ejemplificando, lo vi hacer un sándwich con ayuda de los alumnos.
La resolución 4K y el costo de la producción de las clases es algo de lo cual me enorgullezco, sin sitio a dudas deseo que constantemente demos lo mejor.
Sin embargo ciertamente no es un requisito para una buena educación. Yo aún enseño de la misma forma que lo hice hace 20 años.
Por cierto, si miro los primeros clip de videos, me doy cuenta de que he estado utilizando el ejemplo del sándwich por cualquier tiempo y además el de romper una guía telefónica.
Son cosas que estoy seguro que vi en otras clases. El ejemplo del sándwich lo recuerdo de mi maestra de quinto nivel. Habré tenido 10 o 12 años y ella lo utilizó para enseñarnos el valor de continuar las indicaciones de forma correcta, que es como lo usamos ahora para abordar los algoritmos.
Dependiendo de lo cual se encuentre enseñando, podría agarrar ciertos vasos de papel y redactar números en ellos.
Finalmente, todo lo cual necesitas son ciertos suministros de cocina para hacer muchas de estas demostraciones y pienso que esta es la exclusiva desventaja de que todo se vea tan bien en la cámara.
Constantemente me preocupa que otros docentes piensen que está fuera de su alcance, sin embargo en realidad no lo está y estoy mirando mi estante, tengo un montón de guías telefónicas de hace 5,10 años que utilizaré en otras clases.
Solo tienes que usar lo cual tienes a tu alrededor y transmitir el punto que deseas enseñar.
En 2015, usted mencionó que no creía que "la relación cara a cara es precisamente un prerrequisito para el triunfo". Mire lo cual ha pasado 5 años más tarde: parte importante de la enseñanza en el planeta se está dando de manera remota por la enfermedad pandémica.
Poseemos la suerte de haber estado realizando esto por 15, 20 años y sé que fue un enorme reto para ciertos de mis amigos y compañeros de trabajo que lo elaboran por primera ocasión.
Lo cual ven en CS50 en la actualidad es realmente la culminación de 15, 20 años de trabajo y experimentación. No constantemente lo hicimos de esta forma.


En términos de resultados exitosos, una vez que hice aquel comentario, me refería especialmente a ponencias.
En la enseñanza superior, existe, por lo menos de esta forma lo creo, esta presunción de que los alumnos tienen que ir físicamente a la clase. Pienso que aquello es un poco anticuado e innecesario.
Ahora poseemos tecnologías que nos permiten que los alumnos tomen 2 clases que de otra forma no pondrían ya que sus horarios concuerdan. Me parece una tontería que solo pues una clase se da a la misma hora que otra, tienes que aguardar un año o un semestre solo para lograr tomarla.
En la situación de clases que se fundamentan en monumentales conferencias, puede ser relevante y, con suerte, inspirador estar en el lugar una vez a la semana o quizás al principio del semestre.
Pero ¿realmente todos requerimos estar ahí, en persona, por lo menos en el entorno de enormes ponencias, 3 veces a la semana a lo largo de una hora o más? Pienso que, con la era, aquello reduce los retornos que se consiguen.
El realizado de estar en un auditorio, de oír a alguien como yo dialogar, no precisamente optimización el resultado de tu aprendizaje.
Pienso que lo cual hemos intentado hacer es optimizar la época: es muchísimo más simple y creo que más llamativo contribuir a alguien en persona, así sea en una sesión personal o en equipos pequeños, en el campus. Y aquello es algo que hemos estado perdiendo a partir del año pasado.
Por la covid-19 es un poco más complejo, en términos logísticos, contribuir a alguien por Zoom u otra tecnología. Sencillamente no puedes acercarte y observar (su pantalla) por arriba de su hombro o hacerle un dibujo que les facilite continuar adelante.


De forma definitiva se permanecen dando varias fricciones, sin embargo aquello mejorará con la era mientras la tecnología y el ancho de banda mejoren.
Indudablemente, es más complejo enseñar en dichos instantes y pienso que no es tan divertido, aun cuando claramente aquel es el menor de los inconvenientes en el planeta ahora mismo.
Pero sí pienso que es viable generar una vivencia educativa en línea equivalente y, tal vez, inclusive superior pues la mayor parte de los individuos, integrado yo mismo, ha estado en demasiadas clases en las que te distraes o te confundes.
No importa que te quedes ahí a lo largo de la siguiente hora, no tienes iniciativa de lo cual está sucediendo, sin embargo con la tecnología, con el clip de video, puedes retroceder, inclusive darle pausa, buscar otro recurso que te ayude a entender mejor algo y volver a reanudar la conversación.
Hay muchas causas por las que utilizar un reproductor de clip de video para absorber parte de un contenido es mejor que quedarse pegado en el asiento.
Lo cual tratamos de hacer con CS50 y en Yale es tener una conferencia al inicio del trimestre.
Sin embargo no pienso que sea primordial que todos nos reunamos numerosas veces a la semana y asumamos que estamos aprendiendo mejor de dicha forma.
pienso que en ocasiones tenemos la posibilidad de realizarlo mejor de manera asincrónica con la tecnología.

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